Crítica: ‘Taxi Teherán’

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¿Se imaginan ir a ver una película iraniana en versión original? ¿Y si además les digo que es una película censurada, es decir que no quieren que vean?  Jafar Panahi dirige, escribe, actúa y produce esta obra maestra con la sutileza que le permite el arte del cine. En su país, Irán, el director tiene bajo pena hacer y distribuir películas poniendo en riesgo su integridad física. Por este motivo, se las ingenia con tal de llevar a cabo su trabajo. Pero la cosa va más allá. Pongámonos en antecedentes para entender todo el barrullo que lleva de cola este film.

Hay que remontarnos hasta el año 2010, concretamente, el 1 de marzo, fecha en la que Panahi fue arrestado bajo la excusa de haber hecho una película que estaba en contra del régimen. En la cárcel, fue sometido a malos tratos e inició una huelga de hambre que dio la vuelta al mundo y que gracias a una gran presión internacional de pesos pesados del cine como Robert Redford, Martin Scorsese,Steven Spielberg, Robert De Niro o Ethan y Joel Coen que firmaron una carta pidiendo su liberación inmediata, salió de ésta después de pasar 88 días en chirona y sufriendo maltrato por parte de los guardias de seguridad.

Desde entonces, una sentencia le prohíbe hacer películas durante 20 años, salir del país y hasta conceder entrevistas. Desde que se le impuso esta sentencia, el director ha hecho ya tres películas: ‘Esto No Es Una Película’ (2011) ‘Pardé’ (2013) y Taxi Téhéran (2015), la que nos ocupa y que fue enteramente rodada dentro de un taxi, mientras capta las calles de Teherán.

Eso sí, se ha ingeniando auténticos malabares tanto para rodar sus obras como para distribuirlas. Y hasta se dice que ‘Esto no es una película’ llegó a Cannes, en el año 2011, dentro de un pen drive que había estado previamente camuflado en una tarta. Ni James Bond, oigan. Todo con tal de seguir haciendo lo que mejor sabe hacer: rodar y denunciar la situación que vive el país.
Esto le valió el Oso de Oro a Mejor Película en el Festival de Berlín 2015 por este film: ‘Taxi Therán’, por su retrato social. Premio que por cierto, tuvo que recoger su sobrina. Poco después se estrenó en la capital alemana la película y el director lanzó un comunicado oficial en en que dijo que nadie ni nada le iba a impedir seguir haciendo su trabajo.
‘Nada me puede impedir la realización de películas, ya que al ser vetado, a pesar de todas las limitaciones, la necesidad de crear se hace aún más urgente’.
Aunque ya se sabe que todos estos premios son política, porqué ningún país occidental ha movido un dedo por mejorar la situación represiva. Si son incapaces de hacerlo por los refugiados que vienen pidiendo asilo y que arriesgan la vida para escapar de la violencia y porqué mueren de hambre y los deportan o les cierran las fronteras, que ya me dirán ustedes, qué derecho tienen a negarles la entrada si todos compartimos el mismo planeta.















Panahi se pone al volante del taxi que conducirá al espectador a un acercamiento de lo que se cuece en Irán

Pero a lo que voy. Panahi sortea cual lince los obstáculos impuestos y lo hace con ingenio y talento. Hay que tener presente que el director, es uno de los más influyentes de lo que se conoce como ‘Nueva ola iraní’, en que se usa la influencia del neo-realismo, y que agrupa directores que tratan temas fuera de las convenciones establecidas al mismo tiempo que son films ‘comerciales’.
Una película, ‘El círculo’ (‘Dayereh’, 2000), lo catapultó a ser persona non grata en la República Islámica de Irán. El film en cuestión, denunciaba lo mal que son tratadas las mujeres en ese país, sometidas a la obediencia, acalladas, con una total falta de libertad y además, sufriendo vejaciones cada día de su vida solo por el hecho de ser precisamente eso, mujeres. Por su género. Su filmografía siempre ha ido direccionada hacia la denuncia social y más concretamente, centrándose en las restricciones que tienen que soportar las mujeres. Así, que el protagonismo recaiga en las féminas no ha gustado un pelo a las autoridades de su país. La obra, aunque sabía la que se le venía encima, le llevó una cosa buena: ser seleccionado uno de los 10 mejores films del año 2000, que no es moco de pavo y el ser ganador del León de Oro en el Festival de Cine de Venecia. En ‘Taxi Teherán’ además del Oso de Oro se llevó el premio FIPRESCI el 22 de septiembre de 2015 en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Panahi es experto en eso del realismo sórdido (realismo social) y en todo lo que se refiere a represión, que él mismo ha vivido en sus carnes, en 2010 al permanecer en arresto domiciliario. Pero él no es de los directores que pierden el tiempo y aprovechó para sacar su frustración con la situación del país en ‘This is not a film’ (‘Esto no es una película’, 2011), rodada íntegramente en su casa. Desde entonces, no ha parado.

‘Taxi Teherán’, es su tercera película desde que le prohibieron usar una cámara. Y lo bien que se le da. Sobretodo después que  lo hayan privado. Internacionalmente aclamado por la crítica (para ser políticamente correctos, claro), el director Jafar Panahi nos conduce al espectador por las calles de Therán. Y digo conduce, literalmente, porqué él es el conductor del taxi. Durante el día irá recogiendo personajes de distinto calibre, todos ellos muy diversos y que no obstante son la representación de lo que pasa en ese país. Díganme que no tiene mérito.

La película está filmada enteramente dentro del taxi, pero eso es más que suficiente para mostrarnos el ambientillo que discurre por las calles. Cada pasajero, niña, mujer, hombre da su visión de la situación mientras el conductor les tira un poco de la lengua. Claro que por su cara de bonachón y su forma de hacer es el tipo de persona con el que a más de uno no le importaría irse de copas.  Su posición no deja de oscilar entre la de entrevistador, intentando alejarse mientras mira de forma más objetiva posible la opinión que le exponen cada uno de los pasajeros con los que se topa. A veces, parece incluso reírse de si mismo y de la situación en la que está metido hasta las trancas. Lo que no deja de ser curioso puesto que usa el humor para la denuncia. Una arma peligrosa y afilada que acostumbra a funcionar.

















La encantadora sobrina del director también participa en el film

La cámara pequeña visible o que se intuye que graba absolutamente todo es la del salpicadero. Pero no es cierto, el ávido espectador puede deducir que hay, por lo menos, dos más instaladas en ambos lados del taxi. La máxima aproximación de lo que sería hasta un nuevo género que podría llevar el nombre de ‘cine móvil’ y que consiste en capturar el espíritu de una sociedad saltando del humor al drama de manera vertiginosa y deludiendo toda frontera que pudiese haber entre medio, con un automóvil como medio para captar la ebullición. Todo un desafío social lo que ha planteado Panahi en este film. A lo que iba: el film se rodó con tres cámaras pequeñas marca Blackmagic Pocket Cinema Camera: una delantera y dos laterales.

Las Blackmagic, son actualmente, las cámaras más pequeñas del mercado para cine, ruedan en digital y además incluyen amplitud de rango dinámico (también conocido como marco dinámico), esto es, hacer de los colores más claros para poder corregirlos después, si se tercia, puesto que el rango dinámico se mide entre la densidad mínima (color más claro o menos saturado) y la densidad máxima (color más oscuro o con más saturación), lo que sirve así mismo para definir luces y sombras. Estas cámaras tan pequeñitas y que caben en la palma de una mano, permitieron al director rodar sin atraer la atención fuera del coche y por tanto, poder proteger la seguridad de los actores.

Hablando de actores, en un principio, creí que eran personas reales las que participaban en el filme. Y me llevé un buen susto en una de las escenas en las que un motorista se abre la cabeza y él y su mujer se meten en el taxi de Panahi para que los lleve al hospital. ¡Qué mal lo pasé en esa escena! Por suerte, mi amiga F. con la que además de amistad tengo la buena de compartir aficiones, captó que en una de las escenas, la sobrina del director le chiva el guión a un niño que mendiga. Ahí ya le vio el plumero al asunto y no coló.

De un tiempo a esta parte, no hay que restarle importancia a lo que plantea el film, puesto que aunque es un documental no realista, el pálpito de la sociedad y los actores no profesionales que participan permiten tomarle el pulso a una sociedad con riesgo acérrimo de ataque de miocardio.

En ese taxi, va recogiendo a personas anónimas que reflejan la problemática del país desde diferentes puntos de vista, incluyendo el de su sobrina -no vean que verborrea tiene la chiquilla-. En ningún momento, el director hace explícita su opinión sobre algo, sino que deja que sean los personajes que se suben a su taxi los que entablen conversación, los que expongan el 'realismo sórdido' -como se menciona en el film- del país.

De hecho, Panahi empezó grabando con clientes reales, pero en una represión lo que prima, naturalmente, es el miedo y por eso cuándo uno de los clientes le pidió que apagase la cámara para proteger su vida privada, el director decidió rodar un docudrama para evitar poner a personas en peligro. Así pues, los pasajeros son interpretados por actores no profesionales, cuya identidad permanecerá en el anonimato, puesto que no hay apertura o cierre de créditos, solamente el título de la película y un  comentario acerca de la falta de créditos por motivo de la represión.















Nasrin Sotoudeh, activista de los derechos humanos deja una rosa simbólica al espectador

1 hora y 22 minutos de un film que no se sabe si lo que está pasando está todo planeado o hecho sobre la marcha, lo que hace que el espectador se sienta un poco fuera de lugar: entre que a la mayoría su cultura nos pilla en bragas y la extraña forma de rodar, es inevitable que la película deje a nadie indiferente.  Es inusual, distinta y va más allá mientras se burla de las autoridades que le han puesto en el aprieto de no ejercer su profesión por discrepancias políticas. Panahi es un director cálido gracias a su sensibilidad artística y humana, que ofrece a quién quiera ver un tremendo viaje alrededor de la censura que impregna Irán. Un film memorable que explora la dicotomía entre el bien y el mal sobre los temas tabúes de los que nadie se atreve a hablar, dejando que sea el espectador el que juzgue en base a los argumentos de cada personaje.

Personajes que entran dentro de un guión cuidadosamente estructurado y que incluye entre otras perlas que Irán está en segundo puesto en lo que a ejecuciones se refiere (el puesto número uno lo ostenta China), mientras dos pasajeros discuten sobre la pena de muerte, el mercado negro de películas prohibidas, dos ancianas supersticiosas con dos peces, que no tienen ninguna consideración humana, y para acabarlo de rellenar todo, los encarcelamientos, la represión política, la carencia de derechos fundamentales, la falta de libertades y el apoteósico final en negro, en el que dos enmascarados le roban la cámara. El fundido en negro es lo más simbólico y representa el ejercicio de valentía que ha hecho el director, que pese a regocijarse en los colores y en el humanismo es una película ‘fuera de ley’.

Teníamos muchas ganas de ver esta película, pues a parte de ser comprometida y no dejar indiferente a nadie, es un canto a la libertad de una sociedad reprimida por el miedo, en el que la autocensura, sobretodo en los estudiantes de cine y en las escuelas está latente. Dónde cada uno se las apaña como puede para poder sobrevivir.

 Nasrin Sotoudeh, la abogada y activista pro derechos humanos iraní, conocida por su labor de letrada en defensa de activistas de derechos humanos, militantes feministas, niños maltratados y menores amenazados por sentencias de muerte, también tiene un papel importante en la película. De hecho, es ella la que explica las cortapisas que sufre al realizar su trabajo y el maltrato de los encarcelados políticos. 
‘Sabemos cómo trabajan: primero, te escriben un registro policial. De repente, se te acusa de ser un agente de la CIA o el MI5. Entonces, ponen algo acerca de tus costumbres, tu estilo de vida. Ellos te meten en una prisión. Una prisión tan grande en la que tus amigos más cercanos son tus peores enemigos. Pero lo mejor es pasar de todo.’
Una grave situación en la que los países occidentales pueden aplaudir a bombo y platillo que se exponga la dura realidad mientras ellos mantienen a otras personas como Edward Snowden o Julian Assange en arresto. Lo que tiene la hipocresía.

Panahi no tiene ninguna intención de que sean otros los que conduzcan su vida. Así que ha decidido hacer una película tranquila pero que esconde una profunda indignación, y en la que el director da una gran lección, creando una nueva forma de hacer, y riendo de todo este mundo cinematográfico, a la vez que una oda de amor al cine humilde y alejada de grandes pretensiones. Si fuese una película sin cortapisas, diría que es más bien floja pero no se puede valorar esta película sin poner en contexto todo lo que acarrea detrás, que como han visto, no es poco. En este caso, el cine se usa como arma, para contraatacar, con un final que es muy difícil que se olvide.

La humildad de como está grabada y su forma de hacer cine ya conforman que la película sea en si digna de visionado. Aunque las grandes superproducciones insten a instruir desde una sola forma de hacer cine, hay más técnicas ahí  fuera.
 
3/5
★★★★★
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Fuentes: IMDB, Filmaffinity

Imágenes:  standard.uk, newwavefilms.uk,  
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18 comentarios:

  1. Total!!!
    Esto es amor por el cine y por la cultura! Si sólo con la aventura del Pen Drive ya tengo ganas de verlas todas!!!
    Un besito :-)

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    1. ¡Hola Neus!

      Este director es increíble. Todavía no he visto sus trabajos anteriores pero se dice que tienen una fuerza espectacular. Entre indignación y rabia. No creo que que ni el 1% de los directores americanos tengan los coj...de este señor para hacer películas.

      Un besoteeee!!! ♥

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  2. Buenas :)

    A mí también me gustó bastante, precisamente por lo distinta que es a las producciones a las que estamos acostumbrados y sólo por lo que le ha costado de hacer al director, sorteando todos los obstáculos políticos, ya merece verla.

    Una lástima lo que comentas, que pese a lo mucho que ha triunfado a nivel de crítica y festivales poco se ha hecho por cambiar la situación del país.

    Un beso

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    1. ¡Hola Kitty!

      La verdad es que te deja con la boca abierta. Parece increíble que pese a las dificultades este señor se levante contra un sistema inhumano, contra la represión diciendo 'eh, miradme, todavía respiro, puedo hacer cosas y os voy a hundir'.
      Creo sinceramente que al mundo le interesan las guerras. Les aporta rendimiento económico gracias a la venta de armamento. Las personas, siempre les importan un huevo.

      Un besoteeee!!!

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  3. No creo que vaya a verla en versión original, pero si la encuentro, no descarto verla. No he visto mucho cine iraní, así que no sé si me gustará, pero solo por la forma en la que está grabada, parece bastante interesante.

    Besos!

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    1. ¡Hola Mary!

      Todo es probar. Es cine diferente al que constantemente nos bombardean. Es cine comprometido. No sé si muchos directores pueden fardar de ello.

      Un besoteee!!

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  4. ¡WOW! No tengo palabras. Mientras leía la historia de este director, se me ponía la piel de gallina.
    ¿Cómo es posible que hoy en día se censure una forma de expresión? Me duele muchísimo. Este hombre es un ejemplo a seguir, la forma en que se apaña para continuar con su arte me deja sin palabras.
    No lo conocía, pero tras leer su historia me pica la curiosidad, así que me lo apuntaré.

    ¡Muchísimas gracias por la información!
    ¡Un beso!

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    1. ¡Hola Lucía!

      Mientras cotejaba información para el artículo me sentí profundamente indignada. Me dije que esta película, y esta situación debía ser conocida -poco porqué soy una humilde blogger y ni de guasa tengo la repercusión de los grandes medios- pero sí aportar mi granito de arena para que se tome conciencia del asunto, que no deja de ser una grave violación de los Derechos Humanos. Nosotros aquí en España ya hemos sufrido durante muchos años una dictadura, y creo que podemos entender perfectamente eso de vivir permanentemente con miedo.

      ¡Gracias a ti por leer mi crítica!

      Un besoteeeee!!! ♥

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  5. Me encanta leerte, pero hija te habrás quedado bien no? omg esto es una crítica y lo demás tonterias. No la descarto ver después de todo lo que nos has comentado. Sin duda hay cosas en esta vida inexplicables .

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    1. ¡Hola guapa!

      Me he quedado muy a gusto, sí. De hecho a veces, mientras escribo tengo la sensación de dejarme cosas, pero claro, sino me quedarían unos tochos que serían intragables. Es alucinante lo retrasado que está el mundo en pleno sigo XXI.

      Un besoteee!!!

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  6. Genial entrada! Me ha encantado.
    Besos y gracias por la información.

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  7. Maravillosa propuesta y reseña.. no sabía mucho de este director, sólo que había pasado muchas calamidades y que había estado en prisión...
    Es bueno mostrar la realidad sea como sea y este señor no está haciendo daño a nadie (o en realidad sí... al ser valiente y denunciar)la denuncia social no debe perderse y aquí descubrimos como el arte por vocación es capaz de romper fronteras¡¡¡ gracias por hacer entradas tan maravillosa, cuidadas y profundas¡¡ un besazo enorme¡¡

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    1. ¡Hola Francis!

      Mientras leía sobre su vida, tenía la impresión de que realmente el peligro para su vida es más inminente de lo que puede parecer. No quiero ni pensar lo que debe pasar en su día a día, al igual que las miles de mujeres que sufren la represión y todas las torturas habidas y por haber en ese país, mientras occidente mira para otro lado mientras siguen lucrándose. Panahi sabe que la violencia no sirve, que el humor es un arma afilada y el cine, su arte, puede hacer que no ignoremos el problema.

      ¡Gracias a ti por leerme!

      Un súper besoteeee!!!

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  8. Hola Hydre Lana:

    Como siempre se dice la realidad supera a la ficción. Me gusta como has explicado en tan pocas palabras una situación que vive muchas personas. La película no la conocía pero no voy a descartar verla si me la encuentro. Del director no sabía nada tampoco y es cierto que a veces con pocas cosas se pueden hacer grandes películas. Y hacernos reflexionar.

    Un beso ^^

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    1. ¡Hola Mindy!

      El problema es más lejano, pero lo mejor es explicarlo de la forma más sintética posible para que se entienda. Historias de la historia, que dicen. Supongo que entiendo lo que se vive en ese país, porqué todavía tengo presente lo que pasó en España no hace tantos años, y que todavía se transmite de generación en generación para que no se vuelva a repetir.

      Un besoteee!!!

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  9. ¡Hola!
    Pues solo por saber de qué va, tengo que verla, sí o sí. Después de leer el cómic "Persépolis" tengo muchísima curiosidad por el tema. Y, tras el calvario que ha tenido que soportar el director, es obligatorio darle una oportunidad.
    Literatobesos.

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    1. ¡Hola!

      No conocía el cómic de 'Persépolis' pero ¡caramba! es todo un descubrimiento. Vivir en una dictadura es una tortura, parece que después de tantos años en guerra, de tantas muertes, todavía no se ha aprendido nada. Seguimos igual de ignorantes.

      Un besoteeee!!!

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